Vanidad de vanidades! Palabras de un hombre sabio.

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Vanidad de vanidades ¡! todo es vanidad dijo el predicador, Palabras de un hombre sabio.
Y miré a mi alrededor y vi que todo lo que me rodeaba no era más que aflicción del alma.
¿Por qué el hombre más sabio se aferraría al desconsuelo de una vida sin sentido?
Y miré nuevamente a mi alrededor, y comprendí que la vida no es más que eso.
Porque el hombre trabaja y pone todo el esfuerzo de su vida en buscar el éxito, y termina en nada, porque la vida lleva al exitoso y al fracasado al mismo lugar, al rico y al pobre, al sabio y al necio, a la misma condición vana y fútil.
Y en nuestro afán de protagonismo, perdemos el sentido al vuelo. Caminé este mundo, buscando dejar huellas, pero como dice el profeta, el mundo seguirá el camino sin recordar quién lo hizo.
Aprendí el camino recto, seguí el consejo de ancianos, caminé la honestidad, cumplí mandatos, busqué la perfección, pero todo me fue en vano, no hubo méritos ante Dios alcanzados.
Y comencé a gozar de la vida, y de todos los placeres alcanzables, Intenté comprender los misterios de Dios, y busqué interpretarlo. Cargué mi mente de libros, busqué sabiduría, investigué hasta lo profundo del saber humano para justificar mi condición ante mí mismo, ante el mundo y ante Dios.
Y todo fue me fue en vano, pues la única conclusión posible me llevó al mismo resultado.
Ninguna interpretación me eximió de mis culpas. Porque si no soy esto, entonces soy aquello.
Y si Cristo bajara del cielo, y afirmara en sus palabras que mi condición sexual no es un pecado, quitándole al mundo cualquier argumento de odio excusado, entonces, ¿dejaría de serlo?
Entonces descubrí que ser gay puede o no ser un pecado, pero el pretender justificarme lo es. Y si el buscar excusarme ante otros no es pecado, negarme pecador es mi mayor pecado, porque cuando busco justificarme, ante mí mismo, o ante el mundo, o ante Dios, entonces vuelvo a empezar. Estaría entonces del lado de los excusados, que hacen de la cruz de Cristo un sacrificio en vano.
Todo es vanidad dijo el predicador, porque haga lo que haga, siempre dependeré de la gracia de Dios.
Por esto, es bueno que el hombre beba, coma y disfrute cada día de su vida, ese es el fin del hombre y no hay otro. Lo demás es para gloriar a Dios. Palabras de un sabio predicador.

VaneMorán.
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Some say he’s half man half fish, others say he’s more of a seventy/thirty split. Either way he’s a fishy bastard.

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