Esclavos de un Dios o esclavos de nosotros mismos
Hablamos de
libertad, pero vivimos apresados.
Mi espĆritu
viene amarrado a una semilla,
Encerrada en
un vientre, que nacerĆ” para sentirse libre
Para volver
a ser esclavo de un rƩgimen familiar,
Dentro de
una sociedad condicionada por su cultura y creencias,
En los lĆmites
de una ciudad,
Encerrada
en una provincia
Que
pertenece a un Estado que se autoproclama libre;
Pero un
Estado atado a un mundo limitado por su valla etƩrea;
Un mundo
encerrado en una galaxia de aparente sinfĆn,
Dentro de un
universo que se expresa infinito
Pero es
propiedad de un Dios eterno llamado el Alfa y la Omega,
El principio
y el fin. El primero y el Ćŗltimo.
¿CuĆ”l es la
libertad entre tantas cadenas que atan nuestro espĆritu, aliento del mismo Dios
que sustenta todas las cosas, EspĆritu del Dios que donde estĆ” hay libertad?
¿CuĆ”l es la
libertad cuando libremos nuestro espĆritu de estas cadenas tangibles?
¿CuĆ”l es la
libertad de un espĆritu atado a las consecuencias de sus propias decisiones?
No existe
libertad absoluta, sino esclavitud relativa y condicionada.
Esclavos de
un Dios o esclavos de nosotros mismos.
La
verdadera libertad abraza el alma del hombre cuando conoce a Dios.
La verdadera
libertad del hombre comienza cuando su espĆritu converge en Dios.
Esa libertad te libera de los prejuicios que te amarran,
y solo en ese momento, serƔs verdaderamente capaz de amar.
Hasta tanto eso no suceda, serƔs esclavo de ti mismo.
Esa libertad te libera de los prejuicios que te amarran,
y solo en ese momento, serƔs verdaderamente capaz de amar.
Hasta tanto eso no suceda, serƔs esclavo de ti mismo.
VaneMorƔn.
Derechos Reservados 2015. ©
"Nadie vive mƔs esclavizado que aquellos quienes falsamente
creen ser libres."
Johann Wolfgang von Goethe
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